Suave me retuviste
En lo incendiario de tu forma
Ascendente y sostenida…
Me rodeaste con la boca la agonía
De un aliento que se fue contigo
De un aliento que en ti quedó tallado
Como tus manos en mi espalda,
Como tus labios en lo más frágil del corazón,
De este corazón que cultivo sin ser mío,
Este extraño y descuidado,
Tosco, espinado y corroído...
Suave… te llevaste todas sus flores.
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