jueves, 14 de agosto de 2014




Como Sade proclamaba el desperdicio de lo humano en la virtud
el dulce entendimiento de los años se afianza allí... en lo corrompido.
Cuando observas a los predadores en la cúspide de la cadena,
te haces consciente de la insensibilidad del mundo,
y los rasguños que un día te abrieron la carne
hoy son sólo huellas de tu evolución...
Cuando sin temor miras a tu asesino a los ojos, y descubres que son iguales. 

domingo, 4 de mayo de 2014

No sabe nada en absoluto


Ella quiere saber pero no sabe,
No sabe nada en absoluto... 
Y aún siguiendo a la fuerza tus parlamentos
se monta en las mentiras de tu boca
que encubren otro nombre, quizá el mío,
quizá el de otra.
Llena tus vacíos crípticos
(utilitarios, nauseabundos),
pero cómo dices que se llenan
también se saturan.
Y ella desfigura tu membrana,
de vez en vez que estallas,
la perra osmótica camina torpemente
hacia tu gradiente de desamor.

lunes, 20 de enero de 2014

Influencias



Las manos tornan las maderas en formas suaves...
onduladamente con la fuerza de los dedos
me creaste en alguna pieza negra;
"Mi mejor trabajo", decías.

Tallaste mi figura con lo más obseso del deseo,
el rostro con deleite,
las manos las articulaste hábiles
y hubiste de buscar la cabellera más enmarañada,
"como después de hacer el amor", decías.

No me llamé sino como tus labios me nombraban,
y decoraba la oscuridad entre gemidos,
sabía cuando venías a encerrarte conmigo por tu perfume,
"para que no me olvides", decías.

(Quizá existan colores además de éste,
quizá no todo se reduzca a éste colchón donde me atas,
quizá...)

Un día entraste sin querer estar ahí,
y no dijiste nada.
Otro día te quedaste de pie a mi lado
y pude sentir la respiración de tu rigidez.
Al tercer día no sentí más que dolorosos golpes.

Las manos tornan las maderas en astillas...
afiladamente con la fuerza de los dedos
me destruías en alguna pieza negra;
"Eres mía", repetías una y otra vez.

Un día encendiste la luz...
Te miré con ojos vívidos 
como quien descubre un mundo,
y en cambio tú me miraste con tus cuencas vacías,
"¿Te gusta lo que ves?", dijiste
"Mi mejor trabajo"
Tras de ti cerraste la puerta,
me dejaste con la luz prendida,
y no volviste a entrar.

domingo, 19 de enero de 2014

Lo placentero de lo amargo


Se me viene encima el peso de la luna
con sus resplandores robados
y me trasporta a noches flamantes
de idilios lunáticos...
La luna pintaba nuestra noche
La luna alumbraba nuestro balcón
La luna penetraba nuestras persianas.
Hostil pedazo de piedra flotante
reflectante
ladrona.
Horrible mentirosa de ilusiones eternas
voyerista 
lámpara para las polillas.
 Me desengañas una noche
después de cantarte placeres
y derramar lágrimas en tu nombre.
Me desengañas belleza falaz...
No tienes ningún poder.


viernes, 20 de diciembre de 2013

Pulseras de dolor


Me posee tu mudo afán de herirme sin presencia,
como si abofetearas mis noches
y en mis sueños te armaras
con balas de recuerdos y filos de piel.
Me miras ignorando tal vez 
que estás mirando como se muere la
FE, la
LIbre disposición de sonreír, el
PEnoso suspiro de las mañanas.
Ensimismada en horas largas
se me agolpa la tropa de palabras resonantes,
el eco brutal del desprecio,
y las tantas pulseras de dolor
que a distancia me regalas,
por el puro afán de herirme con tu ausencia.

lunes, 25 de noviembre de 2013

When we two parted


Guerra por distancias





Hoy desfiguramos el ethos del pasado;
cuán inverosímil y ensangrentado
se arrojó a la batalla de los egos,
amputando la promesa 
del maleable candor 
y la admiración eterna.

Hoy me unté el cuerpo 
con tu sentir putrefacto,
manché los montes más virtuosos de mi carne
con tu fluir envenenado,
y más aún rasgué mi superficie
para que a los huesos penetrara,
y me disolviera...

En medio de una guerra por distancias,
por cada paso que uno daba
el otro se apartaba dos;
no puede haber tierras compartidas
donde solo se siembra separación.

Cavé una trinchera, más profunda que mi querer,
más oscura que mis noches mutiladas,
y confié en tu falsa misericordia...
Pero te pintaste las mejillas con mi sangre
y me cortaste con destreza los miembros
mientras afilabas tus palabras en mi dorso.

Se torna sublime la carnicería de los odios,
en medio de una guerra por distancias,
graciosamente sádico romper lo que se forjó un día,
por cada paso que uno daba,
el otro se apartaba dos;
orgásmica la aventura de desencontrarse...
no puede haber tierras compartidas,
entre dos desconocidos,
donde solo se siembra separación.